Monterrey, N.L. a 29 de abril de 2020
La lucha contra la pandemia inició en Nuevo León hace aproximadamente ocho semanas, aún antes que las autoridades de salud empezaran. Este proceso se intensificó y profundizó con la medidas que impusieron los gobiernos locales y federal. Si nos atenemos a las cifras de contagiados y defunciones, estas medidas han sido útiles para contener la propagación del virus y su efecto más grave: la muerte.
Desafortunadamente, no tenemos un sistema que nos permita medir de forma continua la movilidad en el Área Metropolitana, y los que existen (demanda en sistema Metro y Ecovía) no son públicos. No obstante hay algunos datos que son útiles al entendimiento de la movilidad, ese es el caso del informe Mobility Trends de Google, que estima una reducción en viajes de hasta el 58% en ciertos motivos de viajes, y tampoco se puede dejar de lado el hecho de que los últimos cuatro años la oferta de transporte público se ha reducido en el orden del 30-40%.
Con estos datos y la experiencia cotidiana es razonable inferir que los viajes que se siguen realizando están relacionados con las llamadas actividades esenciales (trabajo, supermercados, actividad médica o gobierno) o corresponden a segmentos de la economía informal en donde la ecuación es bastante ruda y simple: no se mueven, no trabajan, no hay ingreso.
Por lo anterior, consideramos que las medidas adoptadas por las autoridades para reducir los servicios de transporte público y limitar el número de personas por vehículo privado, han entorpecido la sana distancia de las personas con una seria necesidad de trasladarse.
Conviene recordar que el objetivo último es la sana distancia, no la reducción de la oferta para la movilidad, y esa no se logra reduciendo horarios o frecuencias, por el contrario, se logra aumentando la oferta. Las medidas implementadas tienen el resultado contrario al que se busca, reducen la distancia entre las personas (aumentando el riesgo de contagio) y condenan a las personas en actividades esenciales a un dilema que no tiene solución: ve a trabajar pero muévete como puedas.
Estas medidas violan el Derecho a la Salud y a la Movilidad de los habitantes del Área Metropolitana y generan peores condiciones para evitar la transmisión del COVID-19, por la reducción de horarios se anula la posibilidad de una sana distancia, se obliga a una peligrosa cercanía, hombro con hombro, cuerpo con cuerpo.
Peor aún, con esta medida se pone en riesgo la posibilidad de acceder a necesidades básicas como alimentos o medicinas. Además, revela que existe poca empatía y entendimiento sobre las condiciones de la población que no tiene el privilegio de tener un automóvil privado como principal medio de transporte.
Por otro lado, la Ley de Movilidad y Accesibilidad del Estado de Nuevo León establece en su Artículo 134 que las autoridades deben “Establecer una red vial estratégica que garantice la movilidad en casos de emergencia en relación con el desplazamiento de personas y sus bienes en situaciones de caso fortuito, fuerza mayor o alteración del orden público”.
Por las razones arriba expuestas y el mandato de la Ley de Movilidad, exigimos al gobierno del Estado:
- Revertir las restricciones e implementar una estrategia integral de movilidad para funcionar durante la emergencia sanitaria y tras el periodo de cuarentena. Escalonar horarios; aumentar la oferta de transporte público; habilitar calles exclusivas de transporte público; implantar un servicio de bicicletas públicas y operar las vías de bajo tránsito como calles 30km/h o compartidas; liberar las banquetas que se utilizan con fines distintos al desplazamiento de peatones; ampliar los espacios para peatones; y ampliar la conectividad a parques, jardines, plazas y todos los espacios que puedan reducir distancias y facilitar los desplazamientos en medios distintos a los automóviles particulares, donde todas las personas puedan convivir y coexistir en sana distancia.
- Garantizar la seguridad en los desplazamientos de personas en mayor situación de vulnerabilidad (mujeres, infancias, personas adultas de la tercera edad y personas con discapacidad). Considerando que, por ejemplo, el alto congestionamiento propicia un aumento en los actos de violencia de género contra las mujeres, tales como acoso sexual y manoseos; además de que imposibilita que personas con restricciones de movilidad autónoma puedan usar el transporte público y no considera las diferencias en el uso del transporte público entre hombres y mujeres.
También hacemos un llamado a la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León a hacerse presente y defender y proteger el Derecho a la Salud y a la Movilidad.
Finalmente, entendemos que ninguna de estas medidas es sencilla, entendemos que requieren de una credibilidad a prueba de fuego y que necesita una inversión inusitada en términos de capital político, capacidad de gestión y nuevos esquemas de transparencia y rendición de cuentas, por supuesto que sí. No puede ser de otra forma. El reto que nos ha impuesto la pandemia es de proporciones nunca vistas y sus efectos nos alcanzarán mucho tiempo después que termine la cuarentena. Por eso invitamos -exigimos- a que se aborde con la perspectiva de área de oportunidad. Este es un momento para romper con usos y costumbres y abrirse a formas de hacer movilidad a las que siempre hemos negado.
Una vasta red de servicios de transporte público, con nuevas medidas de gestión, más medios no motorizados (bicicletas públicas) y una ampliación del espacio público nos dará la posibilidad de empezar a saldar la deuda que tenemos con nuestra gente, con nuestra ciudad y con la salud de nuestro entorno: una ciudad resiliente con un mayor y mejor equilibrio con el medio ambiente que nos contiene y da vida.
Organizaciones firmantes:
- Academia Nacional de Arquitectura, Capítulo Monterrey; Bosque Urbano México; Colegio de Arquitectos de Nuevo León, Consejo Cívico, DistritoTec; La Banqueta Se Respeta; Lab Ciudad U-ERRE; MovAC; Pueblo Bicicletero; Cómo Vamos Nuevo León
Especialistas a título personal:
- Moisés López Cantú; Valentín Martínez Cuéllar; Rita Bustamante Alcántara; Hernán Villarreal Rodríguez.
