9 de noviembre de 2021
Por Luis Mendoza Ovando
Pareciera que lo que molesta a algunos vecinos de San Pedro sobre el proyecto Vía Libre en Alfonso Reyes es la ciclovía o la reducción de carriles, pero no… es algo más profundo y que vale tomárselo en serio.
El conflicto con este proyecto no tiene que ver con los datos duros porque, ¿quién puede negar que tenemos un problema?
Ayer, en la sesión abierta que encabezó el Alcalde Miguel Treviño para dar a conocer el proyecto Vía Libre, Javier Leal, el director del Instituto Municipal de Planeación y Gestión Urbana, señaló que Nuevo León es el Estado en donde más hechos viales ocurren: 21 por ciento del total nacional.
En esa cifra hay implicadas cientos de vidas perdidas y familias rotas. Cientos de nombres que claman por soluciones urgentes como el de la ciclista Cristina Serna que fue muerta por un auto en San Pedro y cuyo caso sigue sin conseguir justicia.
No es la ciclovía ni los datos duros ni tampoco perder la oportunidad de dar vuelta a la izquierda. Detrás de esa férrea oposición yace la incomprensión y el miedo. La incomprensión de un mundo donde un automóvil ya no es un símbolo de progreso y la incomprensión de promover a la bicicleta, propia del imaginario más pueblerino, como una alternativa de futuro.
Al final, sentir que tu comunidad ya no te entiende y que avanza en una dirección que no compartes no es fácil de procesar y el hecho detona la necesidad de asirse con uñas y dientes a lo conocido.
Ahora bien, nadie esperaba que el cambio cultural no doliera, todos sabemos que crecer es difícil. Sin embargo, en medio de una crisis climática sin precedentes abogar porque la Ciudad siga como en el último medio siglo es condenar a las generaciones futuras a muerte.
Ahora, se puede entender que haya un sector de la población que pertenece a una generación mayor y que lleva mucho tiempo viviendo de una forma y por ello rechaza e incluso teme al cambio. Lo que no se concibe es la cerrazón al diálogo ni mucho menos los argumentos que se vuelven sofisticadas formas del «no porque no».
Durante la sesión de Zoom de ayer muchos vecinos señalaban que Vía Libre no es ecológica porque la congestión va a contaminar más, ya que los autos pasarán más tiempo estancados en el tráfico. En esta declaración dejan ver que no son capaces de imaginar una realidad en la que no usen el carro.
Otros vecinos comentaban que no vale la pena hacer una ciclovía porque hay más autos que bicicletas y porque además ya se ha intentado en el pasado hacer este tipo de proyectos y han fracasado.
Por un lado, exigir que un Gobierno se aboque en absoluto a lo que hace la mayoría y no en ampliar libertades, como la de moverse como uno quiera, tiene un tufo autoritario.
Por otro lado, el que la implementación de una política fracase no quiere decir que deba ser desechada por completo. ¿Debemos acaso eliminar todo tipo de beca sólo porque los programas sociales de este sexenio no están dando los mejores resultados?
Detrás de esos argumentos, y los que aseguran que no somos Inglaterra ni Holanda y que por eso jamás podremos ofrecer mejores alternativas de transporte, parece haber una desesperación por que el mundo no cambie o cambie muy a cuentagotas.
Sin embargo, protestas como las ocurridas en torno al COP26 nos dejan claro que la crisis climática exige medidas urgentes, y que como civilización no podemos esperarnos por miedo a herir susceptibilidades.
Por eso es que es triste que nuestras críticas a un proyecto que aspira a brindar una nueva forma de ciudad sean tan superficiales, cortoplacistas y lejanas de los grandes retos de nuestro tiempo. Siendo honesto creo que nos dejan mal parados como ciudadanía.
Yo creo que las preguntas que quedaron pendientes son: ¿cómo hacer para que este proyecto sí se traduzca en una nueva forma de vivir la ciudad? ¿Con qué otras iniciativas, como mejor transporte público, se va a complementar?
¿Cuántas más Vías Libres se necesitan en San Pedro y en el resto de la Ciudad para tener un futuro que siga siendo opción?
¿Qué falta para hacer realidad la Ciudad que nos salve del colapso climático?
El autor tiene maestría de Periodismo en Políticas Públicas por el CIDE.
luismendozaovando@gmail.com
Esta columna de opinión fue publicada originalmente en la edición impresa de El Norte el 9 de noviembre de 2021.
¿Qué es Vía Libre?
De acuerdo con información del Gobierno de San Pedro Garza García, el proyecto de Vía Libre busca de manera general «mejorar la movilidad y garantizar la seguridad vial para todas las personas que transitan por Ave. Alfonso Reyes, con el fin último de mejorar la calidad de vida de la ciudadanía». Y de manera específica:
- Mejorar la movilidad en la zona sur-poniente del municipio
- Mejorar y garantizar la seguridad vial para todas las personas usuarias de la calle
- Reducir los tiempos de traslado sobre Alfonso Reyes
- Aumentar la cantidad de viajes en medios no motorizados
El proyecto es un esfuerzo realizado en conjunto con el Gobierno de Santa Catarina y los principales centros educativos de la zona, además de ser acreedor del acompañamiento del programa RE-ACTIVA MX por BikeNCity, SEDATU y UKPACT. Parte de una estrategia global a largo plazo con el objetivo de tener una mejor movilidad y seguridad vial.
La calle representa uno de los espacios más grandes para generar encuentros y trasladarnos por la ciudad en el día a día. Por esto, es clave invertir en mejorar su diseño con el fin de compartir la calle con un enfoque integral para tener movilidad segura y calidad de vida para todos y todas.
Página web del proyecto vía libre
Para más información sobre el proyecto Vía Libre haz clic AQUÍ.
){kind=link}