En su blog, Copenhagenize, Mikael Colville-Andersen ha estado promoviendo el ciclismo urbano por varios años con bastante éxito. Y todo parece indicar que Colville-Andersen pensó que ya era tiempo de sacar una idea nueva, por lo que junto con su equipo lanzó recientemente el proyecto Copenhagenize Flow, un camino ciclista de prueba compuesto de losetas modulares que permiten probar el funcionamiento de un carril ciclista por una cierta cantidad de tiempo.
El proyecto Copenhagenize Flow utiliza un sistema modular prefabricado de materiales reciclados, que embonan fácilmente entre sí, lo que permite crear caminos ciclistas separados o ajustar el ancho y largo de los carriles para bicicleta. Tiene las cualidades de ser muy fácil, económico y flexible para implementar. Básicamente, es como jugar con piezas de Lego.
Estos materiales pueden ayudar a los gobiernos estatales y municipales para dar un empujón a su red de infraestructura ciclista por una fracción del costo (un kilómetro de ciclovía con criterios de Ciclociudades en México cuesta alrededor de un millón de pesos) y probar los resultados del uso y la seguridad de los posibles carriles ciclista.
En nuestra ciudad, esta idea del equipo de Copenhagenize puede servir, por ejemplo, para verificar las propuestas que surjan o se quieran incluir en el «Plan Maestro de Ciclovías en el Área Metropolitana de Monterrey«, un proyecto que debe realizar el gobierno estatal, a través del Consejo Estatal de Transporte y Vialidad y cuyo objetivo general es formular una «Estrategia de Movilidad en Bicicleta (EMB)».
Habría que aclarar que experimentar con este tipo de carriles no es necesario para todas las calles de la Ciudad, sino sólo donde los estudios determinen que es más necesario para garantizar seguridad. La infraestructura ciclo-inclusiva está dividida principalmente en tres tipos: la ciclovía, que es un carril con separación física; el ciclo carril, una vía delimitada por pintura únicamente; y la calle compartida, en la que todas las formas de transporte pueden convivir, pero se privilegia la pirámide de la movilidad sostenible en la que primero van peatones, ciclistas, y luego transporte motorizado.
Una de las ventajas de una iniciativa como esta es que se puede invitar a la gente del barrio, especialmente niñas y niños, a participar en la implementación del carril bici. Esto es una actividad que podría ayudar a la comunidad a conocer y apropiarse del proyecto.
Después de realizar la instalación del carril piloto, el ciclocarril se puede remover e instalar en otro lugar.
Fuentes:
