Antonio Hernández*
13 de enero de 2018
Verificar las emisiones de los vehículos, es una medida indispensable para el manejo de la contaminación ocasionada por fuentes móviles.
Argumentar que primero la industria o las pedreras deben ser verificadas, indica un desconocimiento de las regulaciónes aplicables a esos sectores. En mayor o menor grado, ya están sujetas a regulaciones, y nuestros carros no.
El uso de vehículos siempre ha gozado de amplios y vigentes privilegios. Las ciudades se planifican para los carros. Y las consecuencias de ello son la contaminación en la atmósfera, impulso de la urbanización en las periferias, y graves problemas de movilidad.
Con tres de los más graves conflictos ambientales de Monterrey con una parte de su origen en los carros, es absurdo rechazar que se midan sus impactos, y se regulen su uso.
¿Cómo saber si la contaminación del aire a causa de los millones de carros en la ciudad aumenta o disminuye? Midiendo las emisiones, es un camino necesario, medible y verificable.
Es complejo que sea gratuito. Si se subsidia, pagaremos todo mundo parejo, incluidos quienes no tienen carro, y solamente reciben los impactos asociados al uso masivo de carros.
El posible conflicto radica en la corrupción que esta medida tuvo en el pasado. En eso tendríamos que trabajar.
- Coordinador de Defensa Ambiental de Pueblo Bicicletero.
