Por Edilberto Cervantes Galván
(publicado en 15diario.com)
Monterrey.- La teoría económica convencional se sustenta en la hipótesis o supuesto de que los seres humanos actuamos de manera racional al decidir si adquirimos o no un bien o servicio. Esas decisiones, se dice, son determinadas por el precio y el nivel de satisfacción que se obtiene.
Esta forma de tomar decisiones viene a cuento porque los precios de los hidrocarburos y con ello los de la gasolina van en aumento en las últimas semanas, siguiendo una tendencia histórica global de largo plazo. No obstante, el consumo no pareciera reducirse, ni en México ni en otras partes del mundo.
En México el gobierno federal acaba de declarar que continuará subsidiando el consumo de gasolina y que este año destinará cerca de 100 mil millones de pesos a ese propósito. Pero, aun con ese subsidio, se sigue aplicando un incremento programado mensual en el precio de las gasolinas. Se trata de mantener el nivel de la demanda interna, en un esquema de política neo-populista que no se quiere reconocer como tal. Hasta el secretario de Hacienda resaltó que México tiene de las gasolinas más baratas del mundo. En lugar de refinar aquí el crudo mexicano éste se exporta y luego se importa gasolina a precio internacional y para venderla en México se la subsidia; bonito negocio.
En los Estados Unidos, el presidente Obama planteó desde hace dos años una estrategia a mediano y largo plazo para reducir la dependencia de los hidrocarburos y la está impulsando con el empleo de nuevas fuentes de energía, en general, y en los autos en particular.
El precio de la gasolina en Estados Unidos es de 1 dólar con 5 centavos el litro; algo así como doce pesos mexicanos. Un precio más alto que el que pagan por la leche. Este nivel de precios está impulsando la búsqueda de formas de ahorrar combustible. La gente está aumentando el uso de la bicicleta y de la motocicleta, dejando el auto en casa.
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| En la ciudad de Los Ángeles están siguiendo un ambicioso plan para colocar a la bicicleta como uno de los principales medios de transporte. Consulta el plan |
La opción de la bicicleta empezó a ganar terreno en los Estados Unidos cuando la tremenda crisis de 2008. Pues bien, en este año de 2011, esa tendencia está adquiriendo más impulso porque ahora hay mucho más “comunidades amigas de la bici”; se han invertido millones de dólares en la construcción de carriles “en verde” o carriles exclusivos para bicicletas y peatones. Las ventas de bicicletas en el primer trimestre del año se incrementaron casi un 10 por ciento comparado con el mismo periodo del año pasado.
Hace menos de diez años había en los Estados Unidos unos 25 centros urbanos con carriles marcados para el uso de la bicicleta. Hoy en día el “carril para la bici” está en 179 comunidades, como San Francisco, Boston o Nueva York. En las ciudades de Denver, Washington y Minneapolis, hay programas de “bici-compartida”.
Frente al anunciado fin de la era del petróleo barato y ante las amenazas del cambio climático los norteamericanos parecen estar reaccionando con innovaciones tecnológicas, con una reducción en el consumo de hidrocarburos, creando espacios en las vialidades para facilitar el uso de la bicicleta e impulsando su utilización en forma masiva.
En cambio aquí en México no parece tomarse nota del agotamiento de nuestros recursos petroleros, no se modifica la equivocada política de vender el crudo en lugar de vender refinados (¿en dónde quedó la refinería que se comprometió el gobierno federal a construir en el estado de Hidalgo?) y no se desalienta el uso del automóvil para el transporte individual.
Si los norteamericanos, nuestros vecinos ricos, están optando por dejar el auto en casa y utilizar la bici, ¿qué deberíamos estar haciendo en México? Porque el modelo de transporte basado en autos movidos por motores de combustión interna (y amplias carreteras) fue un modelo desarrollado por los Estados Unidos y que nosotros adoptamos y adaptamos “a la mexicana”.
