por Roxana Sandoval
Una propuesta: Barata, saludable, ecológica, silenciosa, divertida y eficaz
¿Cuántas veces te has quedado en medio del tráfico, perdiendo valioso tiempo y no solo eso, pensando que si hubieses caminado ya habrías llegado, o que si tuvieras una bicicleta podrías haber tomado vías alternas?
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A finales del año pasado visitaron la ciudad, específicamente a las universidades, dos reconocidos académicos en materia ambiental; con sus ponencias, refuerzan la propuesta planteada en el título de este texto, veamos porque:
La escasez del petróleo
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Para los U’wa comunidad indígena asentada en Colombia, el petróleo es la sangre de la Madre Tierra y son ellos los encargados de velarla.
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El Dr.Michael Klare, Director de un Programa sobre “Paz y Seguridad Mundial” en 5 universidades de Estados Unidos con sede en el Hampshire College, visitó la UDEM, en el marco de la conmemoración de su 40 aniversario; él hablo sobre economía y geología, específicamente sobre la inminente escasez sino es que pronto agotamiento del petróleo. Entre las tres principales razones encontramos: 1) Los 500 campos de crudo en el mundo se están agotando; como ejemplo cercano tenemos el caso de Cantarell, en Campeche. 2) Los nuevos campos encontrados recientemente son de menor tamaño y se están agotando rápidamente, es decir, no están remplazando a los anteriores y; 3) Los campos que están esperando ser desarrollados o se ubican en zonas de conflicto como Irak y Nigeria, o están en países que no están en capacidad de procesarlo por falta de recursos, tecnológicos o propuestas políticas, como es el tema de México; o bien, representan un riesgo ambiental enorme como es el caso de las reservas encontradas en el Ártico.
Pues bien, ante esta realidad que algunos llaman “Era transitoria” el reto es justamente encontrar soluciones viables para sustituir el uso de combustibles fósiles, ya que según estimaciones, si seguimos demandado los 80 millones de barriles diarios en el mundo, este hidrocarburo podría agotarse antes de los próximos 30 años.
“Abajamiento” como propuesta de coexistencia
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“Abajarse” en un sentido religioso, significa encarnarse, inculturizarse, es decir, salir de lo propio para acceder a lo del otro y así entenderlo y responsabilizarnos de su condición.
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El Dr. Antonio Elizalde, distinguido sociólogo y Ex-Rector de la Universidad Bolivariana de Santiago de Chile, en su conferencia “Repensar las Ciencias Sociales desde el Desafío de la Sustentabilidad” que dictara en las instalaciones del IINSO (Instituto de Investigaciones de Ciencias Sociales) de la UANL; explicaba que nuestros problemas en el caso de los recursos no son de escasez, sino de equidad. Y es que a pesar del aumento del consumo, la calidad de vida de los seres en este planeta ha disminuido. Ante este escenario, el autor propone la idea de “Compartir” como la única forma de “Vivir bien” y nos presenta el” Principio de abajamiento” esto es, renunciar a nuestros derechos e incluso ir contra nuestros intereses, pues tan indignante es la pobreza que asola a millones de seres humanos en el mundo, como el descarado y excesivo consumo de unos cuantos.
Conciliar los objetivos del sustentabilidad ambiental con los objetivos distributivos de la equidad social, es entonces el desafío de la humanidad y para enfrentarlo, es necesaria una revolución cultural, pues es mucho más fácil cambiar de hábitos que luchar contra el avasallante capitalismo que sistemáticamente destruye lo colectivo, lo público, lo que es propio de la comunidad.
Para el autor, pensar en sostenibilidad, implica una solidaridad generacional que bien se puede traducir en heredar a las generaciones futuras, al menos la misma riqueza y posibilidades de vivir plenamente la condición humana que todas y todos hemos podido vivir; por lo que es necesario promover y hacer uso de formas de producción, distribución y consumo que sean amigables con el planeta, es decir, emplear eficientemente los bienes disponibles e incluso, cuando sea posible abstenernos de utilizarlos.
El mundo se percibe distinto desde una bicicleta
Una de las muchas soluciones en la búsqueda de un problema, es el uso de la bicicleta. ¡Si! Este medio de transporte, no solo representa una alternativa viable ante el encarecimiento y escasez del petróleo del que hablamos al inicio de este artículo, sino que representa la oportunidad perfecta para empezar el reconocimiento del otro y re-construir las redes sociales, además de actuar responsablemente en la utilización de recursos.
¿Cómo sucede esto? Al hablar de los beneficios de montar bicicleta, podemos agruparlos en varios rubros, por ejemplo:
Salud física
® Esta comprobado que la práctica del ciclismo mejora el sistema cardiovascular alejando el riesgo de infarto y disminuyendo los niveles de colesterol malo.
® Fortalece el sistema inmunológico haciéndonos más resistentes a infecciones por contaminación y pandemias.
® Previene los dolores de espalada tonificando la zona lumbar.
Salud emocional
® Pedalear es un antidepresivo y anti-estrés eficaz, ya que al oxigenarse más el cerebro, nuestro cuerpo segrega hormonas que nos hacen sentir bien y eso se nota a la hora de relacionarnos con los que están cerca, el buen ánimo se contagia!
Y he aquí que tenemos el ingrediente principal para empezar a promover un cambio cultural, pues al colectivizar la práctica ciclista, estaremos facilitando la construcción de instrumentos y nuevas prácticas, que además de reducir nuestra huella ecológica, satisfagan necesidades sociales inmateriales como el afecto, el entendimiento, la creatividad, la libertad y la participación, entre otras y quizá entonces, como propone Elizalde, demos pie a una sociedad verdaderamente sustentable, solidaria, más justa y ecológica.
¡Abájate y saca la bici!
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Aquí y ahora
Si estas interesado en empezar a movilizarte en bici por esta ciudad, visita: www.pueblobicicletero.org
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